martes, 25 de agosto de 2009

Y un día volvió…

Soy de la idea que la amistad es de lo más valioso que el ser humano puede tener, más que los amores esos que vienen y van, hay lazos que existen en nuestra vida que realmente pueden ser eternos. Yo conocí la amistad cuando estuve en el colegio y creo que los lazos se reforzaron ahora que ya estamos fuera, con carreras distintas, con vidas casi opuestas, pero seguimos compartiendo muchas cosas, somos las de siempre y cada cierto tiempo podemos recordar cuando éramos unas niñas y todo lo que vivimos en nuestra etapa de colegio de monjas, disciplina y algo de rebeldía. Al terminar el colegio pasaron muchas cosas, y empezaron las relaciones largas como conté alguna vez, mis amigas se fueron entregando a sus parejas y aunque verlas felices me hacía sentir bien, si reconocí a quienes lentamente de fueron alejando. Ya no podían asistir a las reuniones o quizá las fechas coincidían con sus aniversarios y no les pasaba por la mente repartir su tiempo, simplemente fueron ausentándose hasta que las perdí de vista. Llegó el momento en que el distanciamiento fue tal que empecé a decir
“ya la perdimos, esta entregada a las mieles del amor”
, esa frase resumía nuestra resignación por la amiga que se fue (no para siempre). En el fondo sabíamos que volvería, que tarde o temprano despertaría del sueño y se daría cuenta que en la vida existen más mundos que el de tu pareja, su amor y sus palabras bonitas. La verdad todavía no entiendo porque alguien puede perder la cabeza al punto de alejarse de sus amigas, total para mí no hay nada más divertido que contarles tu vida a gente que como tu comparte miedos, prejuicios, cosas que quizá puedan ir descubriendo juntas. Que si es tierno, dulce, si es un cursi, si es un mentiroso o en algunos casos un difunto, todas estas cosas las aprendí con mis amigas en largas charlas de todo un poco, con unos tragos en mano a veces intentando comprender cosas, otras con lágrimas en los ojos por alguien que no fue lo que esperábamos. Pero como el tiempo a veces me da la razón, tarde o temprano esas amigas vuelven (con el corazón un poco dolido), y se dan cuenta que no todo es tan malo como parece. Ese mundo que se perdieron por un rato sigue ahí y aunque no hayan querido verlo, les pertenece todavía. De los errores se aprende y con algunas charlas se dan cuenta que los consejos de la gente que te quiere pueden ayudar a sanar las heridas del corazón o las que tengas. Claro prometen la próxima no ser tan ciegas y ven la vida de otro punto, yo solo quiero decirle Bienvenida a quien hace poco regresó a “nuestro mundo”, impulsada por una desilusión, por eso me animé a escribir esto porque hay muchas más que aún están en ese mundo al que le llaman “amor”. No voy a dar nombres solo acuérdense que “La gratitud es la memoria del corazón”, solo ustedes lo entenderán.