sábado, 17 de abril de 2010

MI SUEÑO HECHO REALIDAD

Tenía seis años y recién empezaba el colegio, lo veía en canal 4 y suspiraba porque como todas las chicas grandes, me encantaba su voz, su acento tan caribeño y su cabello largo. Siempre me he considerado una agrandada, y aunque lo lógico era estuviera pendiente del último capítulo de Candy, a mi me gustaba ver “Alcanzar una estrella 2”, apreciaba la música, los bailes, la historia, todo. Y tenía un hermano mayor que decía que era parecido a él, a Enrique José Martín Morales, el que ya era conocido como Ricky Martín.
Soñaba con él, con su música, y me derretía viendo las escenas de amor que protagonizaba con Sasha Sokol en dicha telenovela mexicana. Tiempo después una noticia llegó a mis oídos, la Feria del Hogar traía al chico de la melena y los sacos medio huachafones, iba a cantar en Lima, el viejo complejo de San Miguel se convertiría en el sueño esperado por muchas. Así que luego de muchos ruegos, súplicas a mi madre, me mandó a la feria, y así empezó todo, a disfrutar de ver a alguien cantando para mí y las miles de fans, acostumbrarme a pegar gritos desesperados por ver a una estrella un poco más cerca.
“Hace tres años que te miro, hace tres años yo era un niño, hace tres años pero ahora no es igual”. Esa era una de las tantas letras que cantaba como himno, era fan de Ricky Martín y veía cuanto especial pasaban por televisión, cantaba “Juego de ajedrez” y vivía enamorada de ese joven de que me llevaba 15 años, pero no importaba, en mi cuento de hadas él era el príncipe.
Tiempo después su carrera fue en ascenso, así llegó “María, tan caliente y fría”, como una admiradora de las baladas quedé enamorada de “Vuelve” y “A medio vivir”, pedía en navidad un cassette de Ricky Martín en lugar de la última barbie de moda. El era mi sueño dorado, y sus canciones aunque no me transportaban si me hacían sentir especial.
Así llego el 97, él seguía en mi mente y venía en gira al Jockey Club del Perú, no tenía idea de cuanto costaba una entrada, como niña caprichosa me atreví a pedir una entrada, mi papá cumplió mi sueño. Entonces con 11 años fui con mi mamá, el primer gran concierto de mi vida. Estaba un poco más delgado, con el cabello más claro, pero igual de lindo, era más famoso por la canción del mundial de Francia 98, y habló tanto de Latinoamérica, de Puerto Rico, era sincero, sencillo, me encantó.
Luego empezó a cantar en inglés y vinieron los rumores de homosexualidad, a mi no me importaba y aunque admito que su música no me gustaba como antes, pues el pop había dejado de lado a las baladas, seguía pensando que Ricky, además de talentoso era un chico con sentimientos sinceros. Lo empecé a seguir en twitter y cuando leí la reciente noticia, quizá no me sorprendió mucho pero si me pareció un gesto de valentía, y si tienen oportunidad de leer la carta la recomiendo, porque me parece que describe de una manera muy sencilla (creo yo), todo lo que sentía y que tenía guardado por ese momento.
Quizá no vuelva al Perú, y quizá no lo conozca pero me alegra saber que su revelación ayudará a muchas personas que se sienten así a enfrentar a esta sociedad cargada de prejuicios tontos, y donde algunos se preocupan más por el que dirán y no se dedican a ser felices. Ricky seguirás siendo el puertorriqueño que más me gusta, porque eres un caballero de los que ya no existen.