lunes, 17 de septiembre de 2012

¿POR QUÉ Y PARA QUÉ?


Hay muchos prejuicios sobre las mujeres, nuestros gustos y como nos relacionamos con el sexo opuesto, cada quien es como es, aunque los medios se empeñen en mostrarnos como las locas que hacen todo para que el hombre no las deje, o las celosas que le revisan el celular y le hackean el facebook. Claro está que la realidad en muchos casos supera a la ficción.

Sin embargo, pienso que cada vez somos más las que nos animamos a pensar y actuar como queremos, por eso me detengo a pensar y contarles un poco mi idea de porque las mujeres confundimos a menudo nuestros gustoso por alguien o como digo yo, no los clasificamos bien.
Me refiero a esa loca idea, como bien dice Pedro en la canción “que habilidad que tienen las mujeres para que su alma este convencida, que aunque pasen mil años tú siempre vas a ser el gran amor de sus vidas”. Y a veces no es que pensemos en el amor de nuestras vidas, pero si pensamos que cada hombre que aparece es el príncipe que habíamos esperado, ¿un poco loco no?



Como cuando alguien te dice me gustas, entonces aparece una idea en mi cabeza ¿para qué? Para una relación libre, para un agarre, para ser novios, hay un sinfín de ideas más y pienso si para ellos es tan sencillo decirte quiero que seas mi amiga con derecho, ¿por qué nosotras a todos los queremos para algo serio?

Yo creo que también tenemos necesidades y un perfil, un perfil para el amigo con derecho, para el amigo amigo, para el enamorado, hay que aprender a elegir, tampoco es que el primero que te diga me gustas y  lo imaginemos en el altar con el vestido blanco. Así como podemos elegir lo que nos gusta, también podemos decir lo siento “no eres tú, soy yo”, es válido que si no entendemos bien lo que queremos, dejemos ir lo que no queremos o nos conviene.

Y en algunos casos es como si ellos se dieran cuenta de todo, cuando una chica está desesperada por estar con alguien, ellos ven el panorama y luego huyen despavoridos, porque como dice mi hermano “si así actúa y no somos nada, imagínate después”.
No sé si soy la indicada para dar tips, pero creo que si empezamos a ver las cosas con realismo y tratamos a los sapos como sapos, a los tigres como tigres y a los perros como lo que son, quizá nos ahorraríamos algunos momentos incómodos.