El sueño de vernos bien, es
constante, usamos filtros para las fotos, nos miramos al espejo una y otra vez,
nos ponemos maquillaje y tratamos de quitarnos cualquier imperfección por
pequeña que sea, y para nadie es un
secreto que el verano, nos pone ya casi al extremo de TIENES QUE VERTE
PERFECTA. En Octubre inicia la temporada, las tiendas ofrecen ropas de baño,
vestidos ligeros y shorts que nos indican que el verano está ahí y si tienes
kilos de más, la moda manda que te los quites. No importa que no puedas dejar
de comer, empiezas una nueva dieta y el propósito del año: IR AL GYM O HACER
DEPORTE, aparecen las ofertas de membresías, y así de pronto todos nos volvemos
saludables y “entrenamos con fuerza”. Y decidimos invertir nuestro dinero en
esa “ilusión” de cambiar nuestros cuerpos con un poco de ejercicio.
Pero, lamentablemente hay que
decirlo, “el gym no es para todos”, desde mi experiencia debo decir que es como
empezar la Universidad, un trabajo o un curso nuevo. Un lugar nuevo, al que te
tienes que adaptar, acostumbrarte a la gente, a los profes, y a los sistemas
que cada uno tiene. Y es como la vida misma, hay de todo, chicos que se ven más
femeninos que tú, chicas que se ponen labial para entrar a sudar, señoras que
tienen mucho tiempo en el lugar y se creen dueñas, amigas de los profes que se
cuelgan de sus cuellos para que todos las vean, chicos que te sonríen y te
preguntan tonterías, chicas que van a vender cosas y más.
Nunca
faltan los amigables, esos que te quieren ayudar a programar la máquina, que
conversan y las chicas que se ríen de todo, sí también hay gente que va para
conocer gente y “ampliar el circulo”, todo es válido. Incluso aparece como
opción en la ficha de ingreso, así que está permitido. Yo soy cero social en el
gym, creo que en todo el tiempo solo he hablado con una chica y las pocas
palabras que hemos intercambiado fueron de clases y profes nada más, los chicos
musculosos no me atraen y verlos cargar pesas menos, así que no es mi lugar
indicado para conocer chicos.
A pero no todo es conquista, claro que hay gente que va a
hacer deporte, bailar y relajarse un rato, es un acostumbrarse diario, como cuando te mandan la rutina y llegas a las máquinas sin saber que hacer, calma siempre hay alguien que está tan perdido como tú. Si no tienes una idea clara, ni las ganas de
hacerlo, lo mejor es guardar el dinero en otro lado, comida, ropa, viajes no sé,
eso de pagar membresía por moda y no volver aparecer por el gimnasio es un
golpe al bolsillo y al autoestima porque es un autoengaño, si no naciste para
el gym puedes probar clases de yoga, zumba, baile o lo que te guste más. Mi
recomendación es probar un mes, quizá te acostumbras, te gusta, encuentras el
deporte que te ayuda a liberar tensiones y puede que inicies un buen vínculo
con tu cuerpo.
En esta temporada, todos los gimnasios están full (incluido el mío) pero que se hace, esperar que pase la fiebre y todo vuelva a su lugar. Porque al final, la idea (al
menos para mí), no es estar flaca o verte como una Miss, eso nunca pasará, lo ideal es estar saludables y sentirse bien con el cuerpo, que con sus
imperfecciones, podemos ir trabajando para mejorar. Y además, a nadie le cae mal
un poco de ritmo, de disciplina y de darle más latidos al corazón, pruébenlo quizá
encuentren un buen hobbie o un talento a punto de explorar.
