domingo, 17 de febrero de 2013

FEBRERO 14

                                    

(Les recomiendo el video me hizo reir demasiado, si se sienten identificados, tomen cartas al respecto.) 

Corazones rojos, flores del mismo color, poemas cursis y mensajes con promesas que difícilmente se cumplirán. Así pasó un año más el día de San Valentín (sin pena ni gloria), y aunque el mundo diga que nos emociona caminar con el globo rojo y las flores, a mi hay otros detalles que me gustan más.

Tráfico del peor, gente haciendo citas en días previos y miles de anuncios que llegaban a mi correo diciendo ¡Cómprale algo a esa persona especial! Y yo pensando: “como te explico que las únicas personas especiales son mis sobrinos y ya gasté en navidad”, valgan verdades si tuviera pareja no creo que hubiera comprado algo.

Y cuando la felicidad estaba en lo mejor, no tenía calor, en la agencia nos obsequiaron helado y cantaba emocionada la música de Alejandro Sanz, se abrió una ventanita que me decia: “hola, con quién sales hoy?, luego de la explicación que le di, que no tenía nada que celebrar, continuó preguntando ¿ya tienes novio? (como si estuviera buscando o algo similar). Le dije no, no lo tengo, mi felicidad no depende de una pareja, ahora estoy bien y ya. Y de pronto saltó una respuesta que no esperaba: “tienes razón yo tengo pareja, pero no soy feliz”. Era algo que sospechaba hace mucho y es que mi teoría es “mientras la gente más se ama por redes sociales, menos lo hace en la vida diaria”. Pero bueno sus razones tendrán, y la decisión también, si son felices a su modo, bien por ellos, vivir de apariencias a veces resulta creo.

La fecha no me significa mucho, los lugares con mucha gente me ponen de mal humor y pienso que el amor y la amistad deben celebrarse siempre, lo que me gusta de la fecha es que algunas personas expresan buenos deseos sobre tu amistad y eso es parte de la vida. Y como todos los años llamé a mi amiga la de siempre y nunca, y a las que a la distancia me siguen contando sus penas.

También aproveché para fregar un poco a los amorosos que ahora que están solitos, odian San Valentin y le meten bala a cupido, tampoco hay que ser tan convenidos. Independientemente del tráfico, los hoteles llenos, y la hipocresia limeña, a mi me emociona la poesia de verdad, el amor de Benedetti hacia una mujer y la gente que demuestra con actos lo que siente.

Ella me daba la mano y no hacía falta más. Me alcanzaba para sentir que era bien acogido. Más que besarla, más que acostarnos juntos, más que ninguna otra cosa, ella me daba la mano y eso era amor.”- La Tregua.